Los camellos atemorizan a los vecinos en el centro de la Barriada Cuatro Santos

Los pequeños traficantes comen y hasta cambian los pañales de sus hijos en los salones del Local Social Municipal

Impunidad máxima para el menudeo. Los camellos venden drogas en la misma puerta del Local Social de la Barriada Cuatro Santos de la calle Álava, en el pleno corazón de la localidad. Desde primeras horas de la mañana y hasta cerca de la media noche, los delincuentes trapichean a sus anchas y sin apenas presencia policial. Incluso, buena parte del día, las compañeras sentimentales de los pequeños traficantes cogen las riendas de la actividad ilícita y, sin el menor remordimiento, utilizan los salones del edificio municipal, en el que tienen su sede los distintos colectivos del barrio, para cambiar con tranquilidad los pañales a sus hijos o tomar alimentos en la cantina. El claxon de los vehículos de sus clientes alertan a los camellos sobre la siguiente venta. Raudas abandonan el inmueble propiedad del Ayuntamiento y continúan con el poco edificante negocio a vista de los niños que juegan en el jardín colindante.

Los propios residentes de esa céntrica calle y los usuarios de estas instalaciones municipales conocen la especialidad de cada traficante: aquellos que mercancean con drogas blandas, como el hachís, o más duras, como la cocaína y la heroína. El tipo de compradores que acuden a ellos da la pista sobre la sustancia que adquieren. Mucho más jóvenes y a pie en el caso de las primeras que en el de las segundas, cuya transacción tiene lugar en los turismos. “La Policía Municipal tiene que tomar cartas en el asunto y evitar que unas instalaciones propiedad del Ayuntamiento sirvan de base a unos delincuentes para la práctica del menudeo, en pleno centro de esta barriada”, deja claro el secretario general y candidato a alcalde por el Partido Cantonal de Cartagena, Celestino García Alfaro. La práctica de esta actividad junto a la única zona verde y de expansión del barrio hace más insostenible aun esta situación.

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