La Casa Rubio espera un año la elaboración de un estudio para su restauración

La UPCT aún no ha entregado el informe arquitectónico encargado por el Ayuntamiento para la rehabilitación del principal edificio de El Algar

 

Un pueblo harto de promesas. Los vecinos de El Algar muestran su enfado ante el culebrón en el que se ha convertido la restauración del principal edificio de la diputación. Ya hace un año que el Ayuntamiento encargó un estudio para su rehabilitación a la Universidad Politécnica de Cartagena. Ninguna noticia sobre la evolución de su redacción han ofrecido ambas organismos públicos hasta el momento. Un retraso que sólo significa el enésimo revés a una retahíla de anuncios que siempre quedaron en nada.

 

El actual primer teniente de alcalde, Juan Pedro Torralba, junto al concejal de Cultura, David Martínez, y el entonces concejal del Área de Patrimonio Arqueológico, Ricardo Segado, los dos primeros del PSOE y el tercero de MC, anunciaron en una intervención conjunta el compromiso de recuperación completa del histórico inmueble en septiembre de 2015 hace ya más de tres años. Los ediles incluso hablaron de futuros usos para el mismo como el traslado hasta allí de la oficina de la OMITA, la asistencia social, las dependencias del cuartelillo de la Policía Local, una biblioteca o incluso la sede de las diferentes asociaciones culturales y deportivas de El Algar.

 

El anterior equipo de Gobierno municipal (MC/PSOE) anunció además una primera partida de 30.000 euros en los presupuestos de 2016 que en ningún momento llegó a concreción alguna en las cuentas municipales de ese año. Ya en diciembre de 2017, tendría lugar la firma de un convenio entre la Administración local y la UPCT que recoge la elaboración de un informe que dicte las pautas en la intervención arquitectónica que precisa el inmueble histórico. Acuerdo similar al que la Comunidad Autónoma ha llegado con la principal institución académica de la ciudad para la rehabilitación del Cine Central pero que, en la práctica, lleva al aplazamiento de los trabajos sine die.

 

La Casa Rubio conforma junto con el Teatro Apolo las dos muestras emblemáticas del modernismo en esta diputación. Imponente levanta su alzado, de dos plantas con buhardilla, en el centro del pueblo con unas medidas desproporcionadas para su entorno con más de 2.000 metros cuadrados de superficie. Su construcción concluyó en 1895 y su propietario, un afamado minero, buscaba dejar huella de su poder económico a semejanza de otras construcciones de la época como el Palacio de Aguirre, en el casco histórico de Cartagena, o la Casa del Piñón en La Unión.

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