El PCAN se opone a la gestión privada de la residencia de ancianos de Fuente Cubas

El Partido Cantonal defiende esta medida ya que la Administración ha asumido en solitario los cinco millones de euros de la rehabilitación del edificio

Dinero público para el lucro de particulares. El Partido Cantonal de Cartagena muestra su total oposición a la gestión privada de la residencia de ancianos de Fuente Cubas. La Administración regional ha asumido en solitario los más de cinco millones de euros de la rehabilitación del edificio de la calle Coral de la Urbanización Mediterráneo. El PCAN no comparte, por tanto, que la gestión del servicio pase a manos privadas cuando las arcas públicas han pagado el coste del total de las infraestructuras y equipamientos.

“Una cosa es la privatización de servicios complementarios como la cocina o la lavandería pero la Comunidad Autónoma debe asumir la gerencia y los trabajadores directos ya que no ha tenido ayuda alguna de ninguna empresa del sector en las costosas obras que precisaba el edificio y que se han alargado durante más de ocho años”, defiende el candidato a la alcaldía y secretario general del Partido Cantonal, Celestino García Alfaro.

Este complejo asistencial para mayores de sesenta años siempre ha sido de titularidad pública hasta su cierre en 2005 por una serie de deficiencias estructurales que obligaban a una reforma en profundidad. La intención inicial de la Consejería de Sanidad y Política Social era la gestión directa del centro cuando fuere reabierto. Pero después de un cambio de criterio de última hora, el Boletín Oficial de la Región recoge la convocatoria de un concurso público para que una empresa privada consiga el control de la residencia sin haber puesto un euro en las costosas obras de recuperación del inmueble y equipación de dependencias como cocinas y lavandería, así como la totalidad del mobiliario de las zonas comunes. La gestión privada del complejo repercute de forma directa en el importe de la plaza residencial que aumenta de forma significativa y, por lo tanto, perjudica el bolsillo de los cartageneros.

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